El edificio del museo es un icono de la zona norte de la Ciudad de México. Se trata de una estructura al estilo Jugendstil alemán (equiparable al art nouveau francés) prefabricada y desarmable, diseñada por Bruno Möhring para ser cuarto de máquinas de la metalúrgica Gutehoffnungshütte (Mina de la Buena Esperanza), inscripción que, de hecho, aparece en algunas de sus viguetas. El edificio de hierro, tabique prensado y cristal albergó en 1902 la Exposición de Arte e Industria Textil, en Düsseldorf, Alemania.
El empresario mexicano José Landero y Coss compró una parte del diseño del edificio original para traerla y armarla en la Ciudad de México, con el fin de instalar la Compañía Mexicana de Exposición Permanente, S.A., empresa interesada en realizar exposiciones comerciales de productos industriales y artísticos.
De 1901 a 1905 el ingeniero Luis Bacmeister se encargó de su armado, en el número diez de la calle de Chopo (hoyEnrique González Martínez), en la naciente colonia Santa María la Ribera, símbolo de modernidad, al ser la primera colonia planeada y fraccionada de la ciudad, abarcaba 53 manzanas según el proyecto de los hermanos Flores, y sus calles tenían nombres de árboles y flores.
Las dimensiones del edificio son las siguientes:
- La superficie total cubierta del edificio es de 1500 m².
- Las naves laterales tienen 19 metros de altura libre y la nave, 32.
- Las torres tienen una altura de 47 metros.
- La techumbre es de duela de pino natural, machimbrada al exterior y tratada con hule sintético para poder impermeabilizarse y al interior, tratada con barniz para recuperar su fisonomía original.
Mi opinion.
Entre los recintos universitarios remodelados recientemente está esta fantástica estructura de hierro que destaca en la zona de la ciudad conocida como Colonia Santa María La Ribera, se trata del Museo Universitario del Chopo. A pesar de que el entorno no tiene las características para ser todo lo amable y recomendable que uno quisiera, pues las personas de los alrededores no tienen mucho arraigo en esto de una cultura del trato amable a los visitantes, cosa que por lo demás presumimos mucho los mexicanos. Sin embargo, tiene su encanto esta colonia de la época porfirista de nuestra ciudad capital, vi varios hoteles y lugares de hospedaje en las inmediaciones que me parece han estado mejorando, al menos en su aspecto exterior y fachadas, en su apariencia se nota la intención; debo admitir que no me acerqué a ninguno de estos lugares, pero les prometo que pronto haré una visita para ver su puedo recomendar algo de la zona.
Ya en el referido recinto universitario, se respira un aire de tranquilidad y se disfruta de una paz muy a tono con el espíritu intelectual, aptos para el disfrute de los sentidos, leer un buen libro o tomar un café o refresco en la minúscula cafetería del jardín del frente y platicar un rato en compañía de quien queramos pues las tardes soleadas de las últimas semanas invitan al descanso y al relax.
Ya en el recinto ocurren cosas casi kafkianas: algo preocupante para un lugar tan agradable, son los horarios de los fines de semana, espantosos, más a tono con las necesidades de la burocracia sindical -poco saben de horarios, mala orientación, no son nada amables con los visitantes, bien podrían estar unos muñecos de palo y harían mejor función que estos alfeñiques adocenados-, que con los requerimientos de amplitud de horarios (y de miras) de los visitantes; a las 5 p.m. ya casi todo está cerrado, la galería, la tienda, la librería, la sala de exposiciones, área infantil, etc.; total, todo al revés, entre semana eventos programados hasta las 7, 8 o 9 p.m. y en sábado o domingo ¡hasta las 5! Solamente el cinematógrafo tiene actividad un poquito más tarde. El recinto no es muy grande pero considero que caben muy bien, deambulando en los distintos foros y espectáculos, entre 250 y 300 personas máximo; las instalaciones, servicios e infraestructura muy funcionales, al menos el día que fuimos, eso sí, los baños, un poco sucios, pero sin disculparlos puede deberse a que eramos los últimos en el lugar. Muy buena cartelera cinematográfica con ciclos de cine de arte muy atractivos. Favor de consultar la cartelera antes de ir. Total que el lugar no desmerece pero creo que está desaprovechado y que le falta potencial y difusión para atraer más visitantes. Lo recomiendo con las reservas del caso.
Ciertamente el lugar, a pesar de estar muy bien ubicado en una zona céntrica, cerca de avenidas muy transitadas, está más bien en penumbras y da la sensación de peligrosa por estar un poco solitaria la calle. Y también es real que es una zona de antros y de prostitución, al respecto, creo que le ha faltado quizás más empeño a la autoridad universitaria para exigir a los responsables de la seguridad en la ciudad más vigilancia e iluminación en la zona.
Ya en el referido recinto universitario, se respira un aire de tranquilidad y se disfruta de una paz muy a tono con el espíritu intelectual, aptos para el disfrute de los sentidos, leer un buen libro o tomar un café o refresco en la minúscula cafetería del jardín del frente y platicar un rato en compañía de quien queramos pues las tardes soleadas de las últimas semanas invitan al descanso y al relax.
Ya en el recinto ocurren cosas casi kafkianas: algo preocupante para un lugar tan agradable, son los horarios de los fines de semana, espantosos, más a tono con las necesidades de la burocracia sindical -poco saben de horarios, mala orientación, no son nada amables con los visitantes, bien podrían estar unos muñecos de palo y harían mejor función que estos alfeñiques adocenados-, que con los requerimientos de amplitud de horarios (y de miras) de los visitantes; a las 5 p.m. ya casi todo está cerrado, la galería, la tienda, la librería, la sala de exposiciones, área infantil, etc.; total, todo al revés, entre semana eventos programados hasta las 7, 8 o 9 p.m. y en sábado o domingo ¡hasta las 5! Solamente el cinematógrafo tiene actividad un poquito más tarde. El recinto no es muy grande pero considero que caben muy bien, deambulando en los distintos foros y espectáculos, entre 250 y 300 personas máximo; las instalaciones, servicios e infraestructura muy funcionales, al menos el día que fuimos, eso sí, los baños, un poco sucios, pero sin disculparlos puede deberse a que eramos los últimos en el lugar. Muy buena cartelera cinematográfica con ciclos de cine de arte muy atractivos. Favor de consultar la cartelera antes de ir. Total que el lugar no desmerece pero creo que está desaprovechado y que le falta potencial y difusión para atraer más visitantes. Lo recomiendo con las reservas del caso.
Ciertamente el lugar, a pesar de estar muy bien ubicado en una zona céntrica, cerca de avenidas muy transitadas, está más bien en penumbras y da la sensación de peligrosa por estar un poco solitaria la calle. Y también es real que es una zona de antros y de prostitución, al respecto, creo que le ha faltado quizás más empeño a la autoridad universitaria para exigir a los responsables de la seguridad en la ciudad más vigilancia e iluminación en la zona.
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